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Cartas a Lucilio - Séneca

Actualizado: 2 ene 2022



Me asomo de nuevo a esta ventana con el ánimo de recomendar algo maravilloso que ha caído en mis manos por segunda vez. La primera vez era apenas una adolescente, y os juro que causó bastantes estragos en mi vida. Esos estragos fueron positivos a largo plazo, en un principio pensé que había vivido en un mundo que todo me lo ocultaba, un mundo que no conocía, ni me había dejado conocerme. Séneca irrumpió en mi vida como un gran volcán purificador y liberador. Recuerdo que ese pequeño e inofensivo librito me lo regaló un profesor, me dijo creo que esto te gustará. no es muy grande. Su título era: De la brevedad de la vida.

Aquí cae de nuevo en mis manos, pero ahora de la mano de un gran amigo, tengo ese privilegio y lo quiero compartir.

Dasso Saldívar se ha puesto en la tarea de entregarnos tamizada y puesta en nuestro tiempo la gran enseñanza y obra de Lucio Anneo Séneca. Sabiduría que a través de unas epístolas venidas desde muchos siglos nos hacen el puente entre el saber o no saber. Gran diferencia si se está vivo.

Feliz de hacer de portavoz de este gran manual, si así se le pudiera llamar, ya que sería una maravilla que lo leyeran en los colegios, nos ahorraría muchos puntos del camino que están en nebulosas. y no por saltarse la experiencia, sino por enriquecerla.

Ahora por segunda vez tengo este poder en mis manos, y de nuevo me enseña que la filosofía es práctica.

Os dejo de momento unos fragmentos que su editor y mensajero nos da a manera de indicación y entrada. Unas palabras que nos invitan a leer con más ganas y ánimo esta joya.

Hasta muy pronto y que disfrutéis mucho.


Para Séneca el cultivo del espíritu y del cuerpo son fundamentales para lograr una vida plena, que consiste no tanto en cumplir muchos años como en vivir a cabalidad los que nos depare el destino. Toda vida es suficiente si la vivimos con plenitud. Nuestra longevidad depende del destino, pero vivir plenamente depende de nosotros. Debemos cuidar pues nuestro cuerpo sin ser esclavos de él, cultivar nuestra mente y beber en la fuente de los mejores autores sin dejarnos abrumar por el exceso de libros, pues quien está en todas partes no está en ninguna.


Fracasamos porque reflexionamos sobre los aspectos parciales de la vida, pero pocos lo hacen sobre el conjunto de la misma. Nuestros planes fallan con frecuencia porque no tienen una meta a la cual dirigirse: ningún viento es favorable a quien ignora a qué puerto se dirige.


Debemos acercarnos a la amistad como a la cosa más bella, sin sentirnos atraídos por ninguna ganancia, ni amedrantados por un cambio de fortuna. Quien se acerque a la amistad por intereses personales, la despoja de su grandeza. Ella establece una comunidad de bienes entre nosotros: si quieres vivir para ti mismo, has de vivir para otros. Estar con el amigo es estar con uno mismo.


De la introducción de Dasso Saldívar.



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